Gobierno estatal, cámaras empresariales y sindicatos coincidieron en que Nuevo León está preparado para implementar la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales, siempre que la reforma se apruebe a nivel federal. El secretario del Trabajo, Federico Rojas, informó que tras varias mesas de diálogo, los sectores plantearon que el cambio debe hacerse de manera escalonada para no afectar la productividad.
El funcionario explicó que la propuesta es descontar dos horas de trabajo en el primer año, otras dos en el segundo, seis en el tercero y dos en el cuarto, hasta llegar a las 40 horas. Con este esquema, las empresas tendrían tiempo de evaluar el impacto económico y logístico, mientras los trabajadores podrían aprovechar el nuevo tiempo libre en actividades personales o cursos de capacitación que la Secretaría del Trabajo pondrá a disposición.
De acuerdo con Rojas, el principal desafío identificado por las empresas es la necesidad de contratar más personal para cubrir los turnos. Sin embargo, aseguró que en el estado ya se realizan pruebas piloto con compañías que voluntariamente han adoptado esquemas de horarios reducidos. “La productividad no debe verse comprometida; la meta es avanzar hacia mejores condiciones laborales sin frenar el desarrollo económico”, puntualizó.
