Escobedo, N.L.— Carmen Janeth Olivas Castro, una interna del Centro de Reinserción Social de Escobedo, recuerda cómo las malas decisiones y las malas amistades la llevaron a prisión, un lugar que, paradójicamente, define como el punto de inflexión más importante de su vida.
Con tan solo 18 años, Carmen fue acusada de secuestro y sentenciada a 50 años de prisión, de los cuales ha cumplido cinco. Su historia, marcada por momentos difíciles, empezó mucho antes. A los 12 años, sufrió un grave accidente en motocicleta que le dejó un traumatismo maxilofacial, un evento que no solo marcó su adolescencia, sino que también influyó en las decisiones que tomaría más adelante.
“Estar aquí me ha permitido valorar las cosas desde otra perspectiva. Estoy agradecida por este castigo, porque mi vida dio un giro de 180 grados”, expresó Carmen con una mezcla de reflexión y optimismo.
El caso de Carmen resalta las consecuencias de las malas influencias y la importancia de tomar decisiones conscientes. Desde el Centro de Reinserción, busca rehacer su vida y enfocarse en el aprendizaje y el crecimiento personal, dejando atrás un pasado lleno de errores.
Hoy, Carmen se ha convertido en un ejemplo dentro del penal, demostrando que, incluso en las circunstancias más difíciles, siempre hay oportunidad para el cambio y la reflexión.