sáb. Abr 12th, 2025

Los gobiernos de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas han decidido reanudar las conversaciones para establecer una policía interestatal, con el objetivo de fortalecer la seguridad y combatir el crimen organizado en la región fronteriza con Estados Unidos. Esta iniciativa busca mejorar la coordinación y efectividad en la lucha contra la delincuencia, dada la creciente complejidad de las amenazas que enfrentan estos estados, especialmente en lo relacionado con los cárteles de drogas y otros delitos transnacionales.

El gobernador de Nuevo León, Samuel García, expresó la importancia de que las tres entidades trabajen de manera conjunta para asegurar que la región sea más segura para los ciudadanos y las empresas que operan en la frontera. “Es vital contar con un frente común entre los estados para prevenir delitos y tener una respuesta más rápida ante emergencias”, comentó el mandatario.

Este proyecto se viene discutiendo desde el año pasado, pero será hasta después de la Semana Santa cuando los mandatarios se reúnan nuevamente, esta vez en Tamaulipas, para evaluar los avances y detalles del plan. Se espera que, durante esta nueva etapa de diálogo, se definan aspectos clave como la estructura, el financiamiento y las competencias de la futura fuerza policial conjunta, así como la implementación de tecnologías de vigilancia más modernas y el intercambio de información entre las entidades.

El proyecto busca mejorar la seguridad en una de las zonas más afectadas por la violencia en el país, especialmente en áreas como la frontera entre Tamaulipas y Texas, que han sido foco de atención por los altos índices de criminalidad relacionados con el tráfico de drogas y actividades de los cárteles. Además, la creación de esta policía permitirá coordinar esfuerzos entre los estados para desarticular redes criminales que operan a lo largo de la frontera y, a su vez, permitirá que los recursos se utilicen de manera más eficiente.

Los tres gobiernos también destacaron la importancia de la colaboración entre los cuerpos de seguridad federales y municipales, además de las fuerzas estatales, para lograr un control más efectivo de la región. Se prevé que esta cooperación sea clave para desmantelar las organizaciones criminales que operan tanto en el lado mexicano como en el estadounidense.

Este esfuerzo conjunto se considera fundamental no solo para la seguridad en la frontera, sino también para la reactivación económica de las zonas afectadas por la violencia, garantizando un entorno más seguro tanto para los residentes como para los comerciantes y visitantes que cruzan la frontera.